07 enero, 2006

Mal asunto con el ejército

Ayer, con motivo del día de la celebración de la Pascua Militar, el teniente general José Mena Aguado, jefe del la fuerza terrestre del Ejército de Tierra, pronunció un discurso que ha traido consecuancias sin precedentes en la historia de la democracia en España.

En efecto, en su discurso, el teniente Mena Aguado se lamentaba y se preocupaba de las repercusiones que traería el estatuto de Cataluña. Esto, aunque no debía de haberlo dicho, puesto que el ejército no puede tomar decisiones políticas ni opinar, no es lo más llamativo. Mena Aguado siguió con su discurso y dijo algo extremadamente preocupante y que ha generado una enorma polémica.

El teniente general sugirió que el ejército podría tomar medidas si se aprueba el estatuto catalán:

"...la Constitución marca una serie de límites infranqueables para cualquier estatuto de autonomía. De ahí que reitere mi mensaje de tranquilidad. Reitero mi mensaje de tranquilidad. Pero si esos límites fuesen sobrepasados, lo cual en estos momentos, afortunadamente, parece impensable, sería de aplicación el artículo octavo de la Constitución: 'Las fuerzas armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad y el ordenamiento constitucional'. No olvidemos que hemos jurado o prometido, guardar y hacer guardar la Constitución. Y para los militares, cualquier juramento o promesa constituye una cuestión de honor."
Como consecuencia de estas declaraciones, José Bono, ministro de Defensa, ha ordenado el arresto domiciliario por ocho días del teniente general Mena Aguado. Además, Bono propondrá el próximo viernes al Consejo de Ministros la destitución del militar como jefe de la Fuerza Terrestre, pese a que debía pasar a la reserva en el mes de marzo.

Todos los partidos políticos, menos el PP, que ha justificado las declaraciones del militar, han condenado estas palabras y han pedido su destitución.

Sin duda, si este suceso hubiera ocurrido hace 25 años, habría puesto un enorme obstáculo para la democracia y el estado de derecho, puesto que seguramente hubiera supuesto un levantamiento militar.

Con todo, es merecidamente condenable las declaraciones del Teniente general Mena Aguado. El ejército no es una institución democrática, y por ello debe alejarse de discusiones políticas, porque no es su competencia en un Estado de Derecho. Su única competencia es la servir al pueblo, no decidir por él.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. La ley establece los cauces por los que se aprueba un Estatuto (parlamento territorial, parlamento español y referéndum), y en ningún momento tiene el ejército nada que hacer -ni siquiera opinar- al respecto.
Felicidades por tu blog; me gusta mucho.

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